Siéntete saturado

Durante siete días haz una prueba con un simple experimento: siente tu sangre, tus huesos, tu carne, tu cuerpo llenos de tristeza; tristeza en cada célula del cuerpo; una noche oscura a tu alrededor; mucha pesadez, depresión; ni un solo rayo de luz; desesperanza, abatimiento, justamente como si fueras a morir. La vida ya no palpita más en ti; simplemente esperas por la muerte. Es como si la muerte ya hubiera llegado o estuviera llegando. Durante siete días contempla el sentimiento de que la muerte ha entrado en el cuerpo, que ha penetrado profundamente en los huesos, hasta la misma sustancia. Continúa pensando de esta manera, no alteres este sentimiento. Entonces, después de siete días, mira cómo te sientes.

Serás simplemente como un peso muerto. Todo sentimiento habrá desaparecido, el cuerpo no se sentirá vivo. ¿Y qué es lo que has hecho? Has estado comiendo, has estado haciéndolo todo como siempre lo has hecho; el único cambio se ha producido en la imaginación: un nuevo modelo de imaginación te rodea.

Lo conseguirás. En realidad, ya lo has conseguido; lo estás haciendo, eres un experto en hacerlo sin que lo sepas. Por eso digo que empieces con la tristeza. Si digo, llénate de dicha, será muy difícil. No lo puedes concebir. Pero si lo puedes hacer con la tristeza, por qué no darse cuenta de que si la tristeza te puede acontecer, ¿por qué no la felicidad?. Si puedes crear un ambiente triste a tu alrededor y convertirte en algo muerto, entonces, ¿ por qué no crear un ambiente vivo a tu alrededor y sentirte vivo, danzando? Lo otro se vuelve posible.

En segundo lugar, te darás cuenta de que has estado padeciendo de una tristeza,la que sea, que no era real. Fuiste su creador, fuiste su autor; sin saberlo has estado haciéndolo. Parece difícil creer que tu tristeza sale de tu imaginación, porque entonces toda la responsabilidad es tuya. Entonces nadie más es responsable, entonces no puedes culpar a Dios, al destino, a otros, a la sociedad, a la esposa, al marido; no puedes achacárselo a nadie. Tú eres el creador y lo que te sucede, cualquier cosa que sea, lo estás creando. Pruébalo durante siete días, conscientemente. Y luego, te lo digo, no volverás a estar triste otra vez, porque conocerás la clave.

Posteriormente, durante siete días, intenta estar sólo en una corriente de entusiasmo, flotando en ella, obteniendo éxtasis de cada respiración: siéntelo, simplemente. Empieza con la tristeza durante siete días, y luego, durante siete días cambia a lo opuesto. Además, cuando cambies a lo diametralmente opuesto, lo sentirás mejor porque habrá un contraste.

Luego, solo luego, puedes intentar llevar a cabo este otro experimento, porque es más profundo aún que la felicidad. La tristeza está en la superficie, la felicidad en la mitad, y éste es el último núcleo, la esencia cósmica: Siente tu sustancia, huesos, carne, sangre, saturados de la esencia cósmica, de la vida eterna, de la energía divina, de la esencia cósmica. Pero no empieces con ella directamente, porque entonces no serás capaz de captarla. Empieza con la tristeza y luego pasa a la felicidad y luego prueba con el origen, el origen mismo de la vida: la esencia cósmica, y siéntete lleno de ella.

Además, esta técnica de sentirse saturado con lo cósmico, ¡es simplemente maravillosa!

Desde muy temprano en la mañana, cuando sientas que la vida está despertando, cuando sientas que el sueño ha pasado, el primer pensamiento debe dirigirse a esta saturación. Ahora se está abriendo lo Divino, regresa del sueño, no tú. Por eso los hindúes, que han sido una de las razas más penetrantes del mundo, empiezan su primera respiración con el nombre de Dios. En la actualidad esto se ha convertido en una formalidad, y lo esencial se ha perdido, pero esta fue su raíz: en el momento que empieces a estar alerta, en la mañana, no debes recordarte a ti mismo; debes recordar lo Divino. Lo Divino debe convertirse en el primer recuerdo, y el último en la noche cuando te estés durmiendo. Lo Divino se debe recordar: debe ser lo primero y lo último. Y si es realmente lo primero en la mañana y lo último en la noche, estará contigo durante todo el día, también en el medio.

Osho: Tomado de, El Libro de los Secretos